miércoles, 15 de marzo de 2017

Los reflejos del bebé


Cuando nos convertimos en padres nuestra vida gira en torno a ese frágil e indefenso bebé que llega a nuestras vidas y nuestra principal preocupación es su salud física y psíquica. Muchas veces, incluso antes de que nazca, recurrimos a internet en busca de información sobre el desarrollo, signos de alarma…

Sin embargo, esta parte parece corresponder en cierta medida a los profesionales médicos, los pediatras de Atención Primaria, pues son quienes deben valorar adecuadamente el desarrollo psicomotor del peque desde el periodo neonatal para confirmar o descartar cualquier sospecha de diagnóstico. Además, los reflejos se suelen examinar justo después del nacimiento cuando se realiza el Test de Apgar al bebé (donde se evalúa además el esfuerzo respiratorio, el tono muscular, color de la piel y frecuencia cardiaca, con un valor de 2 puntos cada uno y medidos al minuto de vida, a los tres y a los cinco). La ausencia de reflejos en esta prueba puede ser una señal de que algo no va bien.

Más allá de esta valoración, como padres, podemos conocer mucho más acerca de nuestros bebés si sabemos en qué fijarnos, cómo hacerlo y cuándo. Para ello están los REFLEJOS PRIMITIVOS, que preceden a los movimientos voluntarios y al desarrollo de las reacciones de equilibrio. Estos reflejos, deben desaparecer para que la actividad voluntaria se desarrolle.


Existen reflejos primarios y secundarios, y cada uno aparece/desaparece en una determinada etapa del desarrollo. Si quieres saber qué son, cómo evaluarlos en tu pequeño y a qué edad corresponde cada uno, aquí te dejo un vídeo totalmente práctico para que aprendas a reconocerlos.   



viernes, 10 de marzo de 2017

La edad de los juguetes

     No, hoy no vamos a hablar de cuántos años tienen los juguetes, pero sí de cuántos pueden durarnos, del uso que podemos darles y en qué tenemos que fijarnos para utilizarnos a una edad determinada con los peques. Todos conocemos la edad recomendada por el fabricante a la hora de seleccionar un juguete que se adapte a nuestros niños, pero también debemos tener en cuenta la edad de desarrollo de los mismos, sus habilidades, su nivel de juego funcional, de imaginación y, cómo no, sus intereses.

     Por la red se pueden encontrar numerosas clasificaciones de juguetes según la edad cronológica de los niños, teniendo todas ellas aspectos en común. Pero si lo que quieres ver es un listado específico de juguetes recomendados por edades lo mejor es que visites la GUÍA AIJU, elaborada por auténticos profesionales.

      Al margen de esto, personalmente no creo que haya una edad LÍMITE (ni por arriba ni por abajo) para poder jugar con un juguete. Puede que el niño no desarrolle la actividad con el fin para la que se hizo, pero ahí es donde entramos nosotros para ampliar su funcionalidad, despertar en los niños capacidades nuevas y dotarlos de herramientas simbólicas de cara a la elaboración de juegos cada vez más elaborados y complejos. Y de esto SÍ vamos a hablar hoy.




     En la etapa de 0 a 6 meses, los bebés necesitan juguetes que les ayuden a descubrir su propio cuerpo, distinguir texturas, formas y colores. Para ello, tenemos sonajeros, móviles de cuna, mordedores, mantas de actividades, etc. Pero una vez alcanzada esa edad… ¿me deshago de esos juguetes? Un gimnasio puede ayudarle a mantenerse sentado más allá de los 6 meses mientras intenta agarrar los muñecos que cuelgan, unos meses después podemos quitarlos y usar la estructura cubriéndola de sábanas o toallas para hacer un tipi casero o tapar los laterales con cojines para hacer túneles en nuestra carretera. Incluso un sonajero hará las veces de maraca en mi orquesta aunque tenga 2 años.

     Entre los 7 y 12 meses, se convierten en verdaderos exploradores. En esta etapa encontramos pelotas, muñecos de peluche, juguetes con sonidos y luces, tentetiesos, sus primeros coches y andadores (¡ojo! ¡taca tacas no! Uso desaconsejado totalmente). Un andador bien equipado con una mochila o bolso nos hará las veces de carro de la compra o silla de paseo para nuestra muñeca favorita, y ¡cuántas luchas no habré visto entre tentetiesos para ver cuál aguanta más sin caer! Para esto… ¡no hay edad!

     De los 13 a los 18 meses, los niños ya caminan, reconocen y nombran objetos y personas, comienzan a hacer torres (encajar y apilar), suben en correpasillos y quizá observemos un inicio del juego funcional con algún coche (haciendo que lo pasean, echan gasolina, suben a un muñeco…). Para esto mismo nos pueden servir sus primeros coches, no hace falta que sean último modelo. Incluso podemos rescatar sonajeros o mordedores que tuviesen forma de animal, por ejemplo, para pasearlos en ellos. El correpasillos, bien montado, puede ser una cama fantástica o hacer de camilla en las urgencias más complicadas. Y qué decir de los mil y un usos de las anillas, que bien usadas desde su primer mes de vida le ayudarán en la manipulación, la coordinación ojo-mano y mucho más adelante para discriminar colores teniendo que ensartarlas en el orden que propongamos.

A partir de los 24-30 meses de edad, el juego se vuelve mucho más elaborado y son ellos quienes dotarán de nueva funcionalidad a sus juguetes: los cubos serán vasos, los lápices cucharas, los mandos móviles y las muñecas tendrán vida; veremos cómo un caballo habla con un coche para ir juntos por ahí y los dibujos tendrán nombre propio: “toma mamá, te he dibujado un perro”.


Se trata de buscar alternativas que alarguen la vida útil del juguete y despierten su imaginación, aunque para ello primero habrá que quitar un poco el polvo a la nuestra. ¿Qué otras cosas se os ocurren para aprovechar los juguetes? 


lunes, 6 de marzo de 2017

¿Cómo hablamos a los bebés?

Como apasionada que soy del desarrollo de la comunicación hoy os traigo un post sobre esos primeros encuentros del bebé con el lenguaje, el cara a cara tras el parto con las primeras palabras, el intercambio que se observa entre el bebé y sus padres durante las actividades de cuidado diario y que aseguran la supervivencia de ese peque en una primera etapa que, además, permitirá el despliegue de todo su potencial cognitivo y lingüístico.  

 



            Pero, ¿cómo es esta comunicación preverbal?, ¿cómo ayudamos a desarrollarla?


LA CONDUCTA COMUNICATIVA DE LOS PAPÁS Y MAMÁS CON EL BEBÉ


El lenguaje que los adultos dirigimos a los bebés (llamada habla maternal ó baby talk) es sistemáticamente diferente del que empleamos en una conversación con otro adulto. Este tipo de “habla” se caracteriza por:

·         Emisiones muy cortas y frases sencillas
·         Vocabulario limitado resaltando las palabras más importantes para la situación
·         Repeticiones de palabras y expresiones
·         Las palabras “se estiran”, se enfatizan prolongándolas más de lo habitual. No se cortan como quien enseña a separar en sílabas sino que hay un trasfondo acústico, casi musical
·         Los temas se limitan al aquí y ahora
·         Elevado empleo de expresiones faciales, verbales y gestos
·         Preguntas y saludos muy comunes y frecuentes
·         Las conductas del niño se “significan” y son los adultos quienes dicen lo que el bebe podría decir si pudiera hablar
·         Se evidencian “turnos” en las interacciones dando tiempo a que emitan una respuesta (motora, vocal, visual…)
·         Se modifica el tono de la voz y se vuelve más agudo que en el habla habitual

Pero lo realmente importante de esta forma que tenemos de dirigirnos a los bebés es que cumple tres funciones básicas para el desarrollo de la comunicación en CUALQUIER ETAPA en la que se encuentre el niño:
1)        Obtiene y mantiene su atención
2)        Facilita el establecimiento del vínculo emocional
3)        Permite que se establezca la comunicación a la menor oportunidad

Además de modificar el habla, los adultos además utilizamos la mirada. Mantenemos el contacto ocular mucho más tiempo de lo que se mantiene en las conversaciones con los adultos, duran hasta el 70% más. También, solemos controlar hacia dónde mira el niño para elegir el “tema de conversación” (siguiendo sus intereses). El observar qué miran los niños favorece que estos vayan estableciendo momentos de atención conjunta.

Además, acompañamos el lenguaje con una variedad notable de expresiones faciales. Frecuentemente hacemos uso de la sorpresa para iniciar, invitar o señalar que se está preparado para interactuar. Abrimos los ojos y la boca, las cejas se levantan, la cabeza se ladea y decimos algo como “oooooooh”, “aaaaaaaaaaah”.
Todas este repertorio de expresiones faciales que ponemos en marcha con los bebes se acompañan de cambios en el tono del habla y una disminución del volumen. Así también, los acompañamos de movimientos de la cabeza empleándolos para captar su atención, conectar y mantenerlos en la interacción.
Por último, hacemos uso de la proximidad como herramienta de comunicación más poderosa, traspasando límites de intimidad y confianza con los que queremos establecer y transmitir al bebé un vínculo afectivo único, utilizando su espacio interpersonal e invadiéndolo frecuentemente.

Y tú, ¿identificas tu conducta comunicativa con tu bebé en alguna de estas líneas?, ¿te has reconocido al leer cómo cambia nuestro lenguaje al dirigirnos a los más peques? Si no es así, puedes usarlo como tips para captar la atención de tu bebé y meterte de lleno en esta etapa en la que los niños nos dicen mucho antes de aprender a hablar. 
             

miércoles, 1 de marzo de 2017

El desarrollo del juego como base de aprendizaje




       El juego es una parte fundamental del desarrollo de todo niño en crecimiento. No se trata de un mero entretenimiento, sino que además incrementa sus habilidades y contribuye al aprendizaje de conceptos (colores, formas, tamaños…), les ayuda a desarrollar la creatividad, descubrir sus gustos y, además, suministra un medio (aparte del lenguaje) para que expresen sus temores, necesidades y deseos.

     Todos los niños juegan, aunque no de la misma manera, variando en función de su edad, su desarrollo y sus preferencias. Existen varias etapas que el niño atraviesa según va creciendo, siendo cada una muy importante para el desarrollo de la siguiente, si bien no todos los niños progresan de una etapa a otra al mismo tiempo. 
      Si quieres conocer en qué etapa se encuentran tus peques y algunas recomendaciones de juguetes para estimular sus habilidades, te invito a pasarte por el BLOG DE IWANNATOY donde colaboro. ¡Te espero!