Cuando
nos convertimos en padres nuestra vida gira en torno a ese frágil e indefenso
bebé que llega a nuestras vidas y nuestra principal preocupación es su salud
física y psíquica. Muchas veces, incluso antes de que nazca, recurrimos a
internet en busca de información sobre el desarrollo, signos de alarma…
Sin
embargo, esta parte parece corresponder en cierta medida a los profesionales
médicos, los pediatras de Atención Primaria, pues son quienes deben valorar
adecuadamente el desarrollo psicomotor del peque desde el periodo neonatal para
confirmar o descartar cualquier sospecha de diagnóstico. Además, los reflejos
se suelen examinar justo después del nacimiento cuando se realiza el Test de
Apgar al bebé (donde se evalúa además el esfuerzo respiratorio, el tono
muscular, color de la piel y frecuencia cardiaca, con un valor de 2 puntos cada
uno y medidos al minuto de vida, a los tres y a los cinco). La ausencia de
reflejos en esta prueba puede ser una señal de que algo no va bien.
Más
allá de esta valoración, como padres, podemos conocer mucho más acerca de
nuestros bebés si sabemos en qué fijarnos, cómo hacerlo y cuándo. Para ello
están los REFLEJOS PRIMITIVOS, que preceden a los movimientos voluntarios y al desarrollo
de las reacciones de equilibrio. Estos reflejos, deben desaparecer para que la
actividad voluntaria se desarrolle.
Existen
reflejos primarios y secundarios, y cada uno aparece/desaparece en una
determinada etapa del desarrollo. Si quieres saber qué son, cómo evaluarlos en
tu pequeño y a qué edad corresponde cada uno, aquí te dejo un vídeo totalmente
práctico para que aprendas a reconocerlos.
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